En días
recientes se dio a conocer por medio de un video la noticia de que fue inaugurada una estación Pemex
en la ciudad de Houston, Texas en la cual se comercializa la gasolina al muy
competitivo precio de 1.54 dólares el galón (unos 7 pesos el litro) y
desató la furia, coraje, frustración y quejas de millones de mexicanos que
actualmente pagan más de 13
pesos por un litro de
gasolina (siendo que la diferencia de percepciones son abismales entre México y
Estados Unidos) entonces... un mexicano gana menos y paga más por su gasolina.
Ahora, si
somos un poquito objetivos (un poquito nada más) nos daremos cuenta de que es
obvio que Pemex ya sabía que
todos nos íbamos a enterar de eso, esa es una gasolinera, pero pronto
vendrán más en diferentes puntos, con las redes sociales no iba a pasar ni un
día para que todo México se enterara de la enorme diferencia con la que venden
gasolina allá y el precio que nos "atascan" a los mexicanos.
Aún así
decidieron hacerlo. ¿Por qué? Porque saben que el mexicano nada más se va a
quejar como comúnmente decimos: un chingo. Nada más eso va a hacer, tal vez
hayan algunas marchas, plantones y campañas negativas en Facebook pero no va a haber un golpe de estado.
Muchos
van a exigir respuestas y probablemente haya una campaña en Change para que nos
vendan la gasolina así de barata, pero tanto Pemex como nuestros gobernantes saben que nos pueden hacer lo que
quieran y no vamos a hacer
nada al respecto, si bien no agachamos la cabeza, si hacemos un desastre
mundial y les empiezan a llover las quejas, pero nada más.
Y el día
de mañana que haya más gasolineras Pemex en Estados Unidos (o en otros países)
vendiendo más barato de lo que venden en México... el ciclo de "me quejo
mucho, pero nada relevante pasa" se repetirá nuevamente.
Triste,
pero cierto.
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